La venta de billetes cubre casi el 52% de los 73 millones que cuesta el servicio. Barcelona y Madrid duplican esa cifra y del resto, tan solo Granada le supera
Las ciudades españolas urgen al Gobierno central, apoyados por la federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que presidió el ahora ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, un modelo de financiación al transporte público con enormes desequilibrios que no dejan a Zaragoza mal parada en la comparación con el resto de urbes, con 9,1 euros por habitante. Aunque eso signifique lo único positivo que esconde tras de sí solo lecturas negativas: la aportación estatal ha disminuido un 40% en una década, contribuye con solo un 8,2% del coste real del servicio cuya demanda ha caído con la crisis y cada vez es más la parte del pastel que costea el usuario, un 52% en el caso de la capital aragonesa.
Así que la lectura estadística es la que mejor le viene a la capital aragonesa. Ser la capital española que más dinero recibe del Estado para financiar el transporte público, con 6,02 millones de euros o la segunda en la ratio por habitante, solo superada por Granada, que con 2,28 millones percibe 9,7 euros por habitante. Eso sí, si se excluye de la clasificación a Madrid y Barcelona, que con un tratamiento diferenciado, igual que Canarias, reciben 126 y 98 millones, respectivamente, a 19 y 32 euros por habitante, más del doble en el caso del primero y del triple en el segundo.
A ese modelo aspira la capital aragonesa, a acabar con las diferencias tan importantes que existen con las dos mayores urbes y áreas metropolitanas del país. Porque la capital aragonesa mira hacia arriba, no hacia abajo, donde aún hay otras ciudades aún peor que ella. Valencia, por ejemplo, recibe del Estado 5,98 millones anuales, a 7,6 euros por habitante; Sevilla, 5,39 millones y 7,8 de ratio; y Málaga, 2,99 millones y un promedio de 5,3.
Porque el sistema de financiación atiende a criterios como las prestaciones del servicio, la demanda y la población con un reparto sobre una cuantía global que no ha descendido considerablemente en los últimos años. Hace una década, Zaragoza recibía unos 10 millones al año, ahora son 6. En España se llegó a superar los 100, a distribuir entre ciudades de más de 50.000 habitantes, pero el año pasado eran 51,1. En el 2011, antes de la llegada del PP al Gobierno central, fueron 68,8. La ayuda estatal es un 25% inferior a la de hace solo cuatro años, que tocó fondo en el 2013, con 43,5.
Así, en Zaragoza los usuarios son los principales mantenedores del servicio. La venta de billetes proporciona, según datos oficiales de Movilidad, «un 52%» del coste real de la explotación, estimada en unos 72,9 millones de euros. La aportación de capital procedente del presupuesto del ayuntamiento hoy ronda los 35 millones, el 48%.
Así que los recortes del PP a la financiación del transporte público se han soportado mejor en Zaragoza gracias a que, en el 2013, se cambió la contrata del bus y se reordenaron las líneas, propiciando un ahorro cercano al 30% en los costes, ya que antes superaban los 100 anuales.
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